Uno de los deseos que uno añora para sus hijos, es verlos caminando. Principalmente por cuanto éso representa: interactuar no solo con lo que los rodea, sino en la dirección que ellos mismos desean explorar el mundo.
Lo que normalmente sucede en los primeros doce meses, en Nicolás se presentó sobre los 3 años de edad: caminar por sus propios medios. Fue un proceso largo, pero nos lo hicimos lo más divertido posible. La terapia física del hospital es super importante; la realizan profesionales quienes conocen los cómo y los por dónde del asunto. Sin embargo, de alguna manera, como papitos algo intuimos al respecto. Es probable que el primer día no se obtengan los resultados esperados, pero como dice el refrán: La constancia vence, lo que la dicha no alcanza. Les contaré las acciones encaminadas por nosotros para lograr la marcha en Nicolás.
Primero debíamos lograr que Nicolacito se sentara y mantuviera su posición. Para conseguirlo, se le hacían ejercicios abdominales para adoptar la posición de sentado. En el video, la terapista realizando esa actividad.
Los abdominales inicialmente se realizaban en posición de casi sentado como en el anterior video y posteriormente desde una posición horizontal o acostado como se nota a continuación.
Preguntamos a las terapeutas sobre los ejercicios que se pueden hacer en casa y al explicarnos los filmamos, primero para no olvidarlos y segundo para tener la certeza de que se hacen adecuadamente. También preguntamos sobre la frecuencia e intensidad de los mismos para no saturar a Nico.
En una piscina inflable de unos 25 a 30 cm de profundidad, la cual llenamos de pelotas de colores, colocamos a Nicolás sentado para que le ayude a conservar la posición.
En el video se nota como se le ponen distractores para que no se concentre en la postura sino en otra actividad.
Esto también se puede hacer con la tinita del baño de cuando era bebecito. Se llena de pelotas de colores y se introduce el niño en la posición de sentado.
Otra herramienta muy valiosa que se puede construir en casa: Compramos un círculo de madera de aproximadamente 50 cm de diámetro; se le adaptan cuatro rodachines o ruedas y se le incorporan armellas para que con una soga se pueda tirar de él. Encima, se coloca un platón de lavar la ropa, al que se le abren unos huecos para que pasen las piernas del niño (ver imagen) y se le adaptan correas para asegurarlo. Para comodidad del niño se le construye una base con espuma, como se ilustra a continuación. Para mayor seguridad se atornilla el plantón al círculo de madera. En la imagen vemos el empleado durante la terapia de Nico en el hospital.
El niño se sienta en el platón y suavemente se hala por toda la casa; esto genera el ajuste permanentemente en la posición de su espalda con cada movimiento. El ejercicio se puede acompañar de rondas y juegos, pués lo más importante es la diversión para el niño. Los desplazamientos sólo debe hacerlos un adulto.
Para alimentarlo, también intentamos que se sentara con la ayuda de una silla de comedor y las fabulosas cobijas y almohadas que le mantienen ergido.
Con espuma se puede hacer un asiento para sentarlos en el piso. En la foto el empleado en el Roosevelt; lamentablemente no tengo foto del usado en la casa, pero es muy parecido.
Para complementar el asientico se puede mandar a hacer una mesa también bajita (un poquito más alta que los brazos de la silla), con una entrada en forma de media circunferencia en uno de sus lados y con un diámetro mayor en unos 5cm a la distancia interna que hay entre los brazos de la silla. Lo anterior sirve para colocarla frente al niño y así se pueda llevar la mesa bien hacia atrás ayudando a sostenerlo. Además, esa mesa es de gran ayuda para otros proceso de estimulación.
El caminador también sirve para que mantener la posición de sentaditos. En la imagen se aprecia cómo Nicolacito ni siquiera tenía la intención de apoyar sus piernitas.
Para reforzar más la postura, conseguimos un triciclo con abrazadera; éste evita que el niño se caiga (la ruanita apenas deja entrever la abrazadera roja que sostiene al niño). El triciclo cuenta con una manija para empujarlo como un coche. Además, le acomodamos ruanas y almohadas para mantenerlo erguido mientras paseamos por algún centro comercial o un parque. Eso le divierte mucho porque cambia del ambiente de la casa y el hospital.
Cuando el niño trata de mantener solo la posición, buscamos actividades para distraer su atención del esfuerzo que está haciendo para mantener la postura. En el video se le acomodan almohadas a Nico, mientras juega con un helicóptero. Nótese como el solito va adaptando la postura de su espalda.
Para fuera de la casa, resultaba muy práctico el usar la silla para niños del carro, pues se puede adaptar en los comedores de los restaurantes o simplemente mantenerlo comodamente sentado durante una visita.
Es muy importante sacar al parque a los niños. Allí encontramos juegos que pueden servirmos de ayuda. En el siguiente video apreciamos cómo Nicolás ya controla su espaldita y a pesar de no caminar se arriesga a pararse mientras el balancín se mueve. Algo muy complejo para ellos, aunque no lo parezca.
Bueno Alejito, en esta entrada está lo que te prometí. Mucha suerte y ánimo. Esperamos tus comentarios en el blog para saber cómo la estás pasando.